La luna ignora que es tranquila
y clara y ni siquiera sabe que
es la luna;
la arena, que es la arena.
No habrá una cosa que sepa
que su forma es rara.
Las piezas de marfil son tan ajenas al
abstracto ajedrez como la mano que las rige.
Quizá el destino humano
de breves dichas y de largas penas es
instrumento de otro.
Lo ignoramos;
darle nombre de Dios no nos ayuda.
Vanos también son el temor,
la duda y la trunca
plegaria que iniciamos.
Qué arco habrá arrojado esta saeta
que soy?
Qué cumbre puede ser la meta?
Jorge Luis Borges